Siempre es tiempo de crisis. Y es que desde que usted y yo tenemos memoria la frase “es por la crisis”, ha sido una excusa que ha truncado muchos sueños y el justificativo para que muchas personas a lo largo de las décadas permanezcan en la zona de confort.
Pero éste no es un artículo sobre motivación ni mucho menos, aunque muchos “motivadores” y “pseudo-coach” utilizan el mito de la crisis para vender su servicio.
Y es que cualquier persona en cualquier época del año puede caer en un periodo de dificultad financiera o personal llamado crisis, pero con los avances tecnológicos de la humanidad, podemos dar fe por nuestros propios ojos que es mucho más fácil salir de dichas “crisis” de un modo más rápido.
Hace un par de décadas era un verdadero problema hacer publicidad de un producto o servicio que un emprendedor esperase vender.
Contactar con proveedores era muy dificil y engorroso. Incluso alcanzar potenciales clientes (peor si tu producto o servicio está orientado a otras empresas) éra una tarea que solo los mejores speachers podían alcanzar.
No hay que pensar mucho para concluir que la tecnología nos ha acercado más a nuestros objetivos profesionales y personales
Sin embargo, el problema o “motivo de crisis” hoy radica en cómo uso eficientemente dicha tecnología para alcanzar nuestros objetivos.
Obtener la rentabilidad deseada no es tarea facil, y mucho menos automática. Es por esto que la mayoría de las nuevas empresas que se crean tienden a cerrar durante el primer año de funcionamiento.
Es por ello que todo nuevo emprendedor con aspiraciones de crecimiento, debe realizar una mínima investigación respecto a qué nuevas tendencias tecnológicas existen a fin de acceder a ellas para ponerle ascelerador a su pequeño retoño de negocio.
Desde maquinaria más pequeña y eficiente, hasta los medios de comunicación digital con su estrategia de medios son oportunidades que no debemos pasar desapercibidos.
A veces tendemos a invertir en equipo de segunda o buscar proveedores solamente por ser los más económicos, sin procurar establecer el equilibrio anhelado entre precio y calidad, ¡y buena calidad!.
Despues de todo… nadie quiere crear una empresa que lo conviera en empleado y esclavo de las facturas.